Con la temperatura del agua de 40º se consiguen eliminar mucho mejor las manchas, gérmenes y bacterias de las toallas.
No utilizar suavizantes o en pequeñas cantidades. Estos productos reducen la capacidad de absorción de las toallas.
Para el secado de las toallas, extenderlas totalmente para que recuperen su forma, hacerlo en un lugar aireado y que no dé directamente el sol.
Para una acabado más suave y esponjoso se recomienda el uso de la secadora en programas cortos. Además, esto favorecerá la eliminación de ácaros y bacterias.
Coloca las toallas a la hora de guardarlas por separado. Cuando acumulamos toallas en un sitio cerrado favorecemos la aparición de hongos, bacterias y ácaros.